Para los niños, y para las relaciones familiares, la mutua confianza es uno de los pilares básicos, y esta confianza se asienta en que todos los miembros de la familia, incluidos los niños, sepan que los demás no les van a mentir. Si el niño confía en que sus padres siempre le van a decir la verdad, será a ellos a quien acuda cuando algo le preocupe o no lo entienda.
¿Por qué no hay que mentirles a los niños?
A los niños no decirles la verdad sobre algunas cosas, les ayudan a crear una visión distorsionada a la realidad, les enseñamos a mentir, pero en ciertas veces no es aceptable decirles mentiras ya que los niños pueden ser mucho más inteligentes que nosotros y también pueden mentirnos, es mejor siempre decirles la verdad.
Si les mentimos a los niños ellos pierden la confianza en nosotros y dejaran de contarnos todas las cosas, de preguntarnos y de las dudas que tengan.
Si no sabemos responderle en ese momento, se lo podemos decir claramente, y prometerle que pensaremos la respuesta y se la diremos cuando la sepamos. Y por supuesto, las promesas hay que cumplirlas. Cuando hayamos pensado cómo explicárselo, deberemos hacerlo, para que el niño sepa que puede contar con nosotros para resolver sus dudas e inquietudes.
Muy importante:
No mentir a nuestros hijos nos ayudará a conseguir que confíen en nosotros, a educarlos según nuestros propios valores, y a protegerles, tanto emocional como físicamente, frente a situaciones negativas que puedan sucederles a lo largo de la vida.
Razones por las que los niños mienten
Nerviosismo: La mentira es una manera de responder a la ansiedad que padece. Oculta un problema “maquillándolo” con otro.
Problemas: Algunos adolescentes mienten frecuentemente para ocultar otros problemas más serios, como pueden ser: las drogas, el alcohol o el juego. Generalmente, ocultarán dónde han estado, con quién, qué estaban haciendo o en qué se gastaron el dinero.
Atención: Mentir para llamar la atención. Los que lo hacen por este motivo suelen relatar historias con gran entusiasmo, ya que así reciben mucha atención mientras cuentan la mentira. Les sirve para reforzar falsamente su autoestima.
Exigencia: Cuando exigimos y esperamos mucho de nuestros hijos, pueden mentirnos para no defraudar nuestras expectativas.
Imitación: Nuestros hijos suelen adoptar el modelo que observan en casa así que, si observan que sus padres mienten, lo considerarán algo normal y habitual.
Miedo: Mentir suele ser la mejor manera de evitar un castigo o una reprimenda. Sobre todo cuando nuestros hijos saben de antemano que esa va a ser nuestra actuación. Es la causa más frecuente de las mentiras de los hijos.
Creencia: Cuando el niño se cree sus propias mentiras e intenta convencer también a los demás de que son verdad.